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Aplicaci贸n del biolarvicida Bacillus sphaericus-2362 (GRISELESF) para el control de la Malaria en un 谩rea de salud de la Rep煤blica de Honduras
[摘要] Se expusieron los resultados de la utilización del biolarvicida Bacillus sphaericus-2362 (GRISELESF), en la reducción de las densidades larvarias del vector malárico Anopheles albimanus, así como su repercusión sobre la situación epidemiológica de la enfermedad en el Área de Salud No. 2/Región Sanitaria No.1 del Ministerio de Salud de Honduras. El biolarvicida se aplicó durante 1999 en las 5 unidades productoras de salud más afectadas por esta enfermedad tropical (Ojo de Agua, Villa de San Francisco, San Juan de Flores, Moroceli y El Jicarito). Se empleó una dosis de 10 mL por metro cuadrado de área efectiva de criadero, determinándose las densidades larvarias durante las fases de pretratamiento y postratamiento biológico. Se pudo registrar de esta forma una efectividad de 100 % y una permanencia de hasta 4 meses postratamiento en los 11 criaderos monitoreados. Este impacto entomológico repercutió a su vez, sobre una disminución estadísticamente significativa (p < 0,01) de la incidencia parasitaria anual de 1999 (21,45), respecto al año anterior, 1998 (45,64) en las 5 unidades tratadas. Fue también constatada la inocuidad del bacilo para los peces e insectos (Coleóptera, Hemíptera y Odonata) depredadores de larvas de mosquitos. Los satisfactorios resultados entomo-epidemiológicos logrados en esta área de salud permitieron recomendar este método biológico, como parte de los programas integrados para el control de los vectores maláricos en la República de Honduras.DeCS: ANOPHELES; VIGILANCIA EPIDEMIOLOGICA; LARVA; CONTROL BIOLOGICO DE VECTORES. Cada año los parásitos de la malaria infectan entre 3 000 000 a 500 000 000 de personas, y causan alrededor de 2 700 000 muertes en todo el mundo.1 La malaria o paludismo amenaza a más de 2 200 000 000 de personas (alrededor de 40 % de la población mundial). Esta enfermedad socava la salud y el bienestar de las mujeres y sus familias, pone en peligro la supervivencia de los niños, debilita la población activa y consume los escasos recursos tanto individuales como nacionales. Sin embargo, la malaria es una enfermedad curable, no una carga inevitable. Los ya extensos conocimientos adquiridos sobre la enfermedad y su control, constituyen la base para poner en marcha una nueva iniciativa mundial de lucha contra la malaria.2Según datos epidemiológicos publicados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y el Ministerio de Salud de Honduras (MSH), cada año aumenta de forma significativa el número de casos de malaria en ese país centroamericano. En 1994 se registraron 52 110, 59 446 en 1995 y 75 565 casos fueron reportados para 1996.3,4 Esto refleja un incremento de 45 % de los casos durante ese período de 3 años. Se reporta a Plasmodium vivax como la especie que infecta aproximadamente 98 % de los casos en Honduras, mientras que el restante 2 % es producido por P. falciparum, el cual se asocia con una forma más severa de la enfermedad.3,5Sin embargo, en un brote de malaria reportado en enero de 1997 en el departamento hondureño de Colón, 22 % de los casos diagnosticados correspondió al tipo falciparum, reflejando un aumento estadísticamente significativo (p < 0,0001) durante ese año. Según los investigadores, el incremento de esta forma maligna del paludismo podía responder a diferentes factores de riesgo, dentro de los cuales, la resistencia a la cloroquina destacaba entre los más importantes.6 El último reporte de resistencia a la cloroquina en Honduras databa de 1981.7Por otra parte, el tránsito del huracán Mitch por Centroamérica a finales del año 1998, incidió de forma negativa sobre la situación epidemiológica de la malaria. Este fenómeno climatológico provocó entre otras cosas: la destrucción de infraestructuras y la pérdida de equipos e insumos, el desplazamiento de un gran número de personas; agudizó las condiciones precarias de la vivienda y generó la aparición de nuevos criaderos del vector.8El control biológico de la fase acuática de los anofelinos vectores de la malaria es una estrategia interesante, pues resulta más factible en relación con el control de los adultos, dificultado a su vez, por la capacidad de dispersión de estos mosquitos. Por otro lado, los agentes de control biológico no generan la aparición de resistencia en estos vectores.9Desde hace algunos años, en Honduras se han estado aplicando biolarvicidas confeccionados con bacterias esporógenas para el control de los vectores maláricos.10 El biolarvicida Bacillus sphaericus-2362 (GRISELESF) ha demostrado su elevada efectividad sobre Anopheles albimanus por períodos entre 3 y 5 meses postratamiento, en diferentes países de la Región como: Cuba,11 Nicaragua12 y Colombia.13El objetivo general de este estudio consistió en evaluar la capacidad del biolarvicida Bacillus sphaericus-2362 (GRISELESF) para reducir las densidades larvarias de Anopheles albimanus, así como su repercusión sobre la disminución de la incidencia malárica durante 1999 en el Área de Salud No. 2/Región Sanitaria No. 1 del MSH.
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[效力级别]  [学科分类] 传染病学
[关键词]  [时效性] 
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